Las empresas aeroagrícolas del litoral corren riesgo de tener que abandonar la actividad, destacó a El Observador Agropecuario Néstor Santos, secretario general de la Asociación Nacional de Empresas Privadas Aeroagrícolas (Anepa).
En las 26 empresas de Anepa –son todas las que existen en el país– "no hay empresas grandes, con mucha cantidad de aviones o aviones muy potentes". La mayoría son medianas, con un promedio de cuatro a seis aviones. Y en el ejercicio agrícola que comenzó el 1° de julio apenas el 50% al 55% de los 121 aviones de esas empresas están en "orden de vuelo".
Santos explicó que el resto no está en condiciones de volar por estar en mantenimiento y porque no hay pilotos suficientes, pero más que nada porque "no hay trabajo para todos".
La firma de Santos, Progreso Aeroservicios, está en Canelones pero él opera principalmente en José Pedro Varela y Cebollatí, en la cuenca arrocera de Rocha, Treinta y Tres y Lavalleja.
El cultivo de arroz es el que más demanda el trabajo de las empresas de Anepa. "Pensamos que íbamos a trabajar mucho con la soja (el cultivo más extendido en la chacra uruguaya), pero solo trabajamos bien en 2008, cuando llovió mucho", recordó. Los sojeros solo usan aviones cuando llovió mucho y el ingreso de los equipos terrestres es inviable.
"Este año vino seco y en el litoral no hubo movimiento de aviones, todo se hizo en forma terrestre", indicó, citando que esa realidad también la experimentaron los empresarios argentinos.
"Son malabaristas, hacen magia", respondió cuando se lo consultó sobre cómo hacen los empresarios para sobrevivir, considerando que no trabajan y el elevado costo de los equipos y su mantenimiento, por ejemplo. "Están muy preocupados", enfatizó.
Agregó que "la subsistencia está muy comprometida este año, porque los costos se están elevando mucho, por ejemplo la mano de obra y además se le está pagando a la gente para que corte el pasto".
Los aviones trabajan además en soja, trigo, cebada, praderas y hasta en papa, pero en el caso que haya llovido y no se pueda ingresar a la chacra con "mosquitos" (aplicadores autopropulsados).
Santos afirmó aplicar desde el aire es ventajoso. La hectárea cuesta US$ 15 a US$ 20, más que el costo de los mosquitos (US$ 8 a US$ 12), pero menos que lo que sale arar (US$ 20 a US$ 25), dijo.
"Aplicar con un avión tiene ventajas, como llegar en tiempo y forma al cultivo que tiene una fecha adecuada de aplicación con un margen de 48 a 72 horas; el avión cumple en forma óptima", indicó. Además, "se aplica sin pisar. El cultivo así tiene un rinde de un 5% a un 12% más y esos kilos extra inciden en el bolsillo, pero claro, el productor eso no lo ve y sí ve la plata que saca del bolsillo para pagar el avión", explicó.
Afirmó que los productores de punta tienen al mosquito como herramienta para hacer los pre emergentes o para cuando recién aparece la planta y echan fertilizante, urea o los primeros herbicidas, "pero cuando la planta agarra cierto tamaño no pisan más".
Expresó que "al no pisar no hay erosión, cosa que sí se produce con los equipos terrestres y principalmente en soja, donde se utiliza mucho glifosato y cosas de ese tipo. No pisar es lo que da más resultado para cuidar los campos. Si los pisas demasiado se arman zanjas y se provoca un daño que el avión no lo hace".
Además, "cuando pisas con un equipo terrestre pasás por donde está contaminado y por más que se esté aplicando hay una contaminación que la arrastra la propia rueda del tractor o del mosquito, hay una reinfección de la chacra con el mismo aparato que viene curando; el avión no pisa, no rompe, no transporta la enfermedad".
Comentó que la maquinaria terrestre en general es muy moderna, no hay mosquitos con más de cinco años ni tractores con más de 10 salvo excepciones, y los aviones en promedio son de 1970, "cuestan una fortuna, US$ 700.000 a US$ 800.000 uno nuevo a turbina, 10 veces más que un mosquito. En 15 años entraron solo cuatro aviones nuevos a Uruguay".
Sobre los accidentes, admitió que ese riesgo es muy menor en el caso del mosquito, "pero con el avión, que anda a 180 km/h arriba de la chacra todo el día, este año no hubo accidentes, solo cosas menores, un motor o una pata rota, a la gente no le pasó nada".
En relación al tema derivas "día a día mejora la tecnología, hay información satelital y se van eliminado dificultades. Todas las máquinas que aplican, los mosquitos y hasta las mochilas, tienen deriva, pero hoy hay técnicas más seguras y precisas. Puede haber alguien que haga las cosas mal, como en todos los rubros, pero los reclamos son mínimos".
Finalmente destacó que "los cultivos se van haciendo más complejos, eso lo vivo como productor, tengo la chacra de arroz pegada a una de sorgo y a otra de praderas y esa complejidad nos exige ser cada vez más cuidadosos yprecisos con lo que se aplica para proteger el medio ambiente".
Aviación agrícola ecoeficiente
En www.anepa.org.uy se afirma que se "busca la excelencia, defendiendo una agricultura sustentable con una aviación agrícola ecoeficiente"; que se dispone de "la última tecnología de información satelital"; que se "garantiza un servicio de calidad, eficiente, preciso y seguro"; que se "ayuda a proveer alimentos y fibras para una población mundial en constante crecimiento"; y que "los aviones son utilizados para aplicar productos que protegen a los cultivos de una manera segura, eficaz, económica y no perjudicial para el ambiente".
Aporte relevante al combate de incendios
"La aviación agrícola es un seguro que tiene el país", dijo el empresario Néstor Santos, aludiendo al servicio que las empresas del sector prestan para el combate de los incendios forestales.
Debido al boom de la forestación Anepa capacitó a sus pilotos, con cursos incluso en el exterior. En agosto de 2004 el Sistema Nacional de Emegencias respaldó a Anepa con la realización del 1er. curso de combate de incendios, que se hizo en las termas del Arapey (Salto).
"En enero de 2005 tuvimos que combatir el incendio en la fortaleza de Santa Teresa y ahí se demostró que la aviación agrícola es lo más eficiente", enfatizó.
"Hoy en el mundo no se fabrican más aviones gigantes, los aviones tanque, el costo es altísimo y cuesta una fortuna mantenerlos y tener a los pilotos entrenados, en cambio la aviación agrícola está activa, volando cada día, el avión está amortizado y no hay que afrontar el costo tremendo de tener un avión parado", comentó.
Sí se están fabricando aviones agrícolas más grandes para que puedan cumplir una doble función.
Añadió que cuando en diciembre se produjo el incendio en Punta del Diablo "se volvió a comprobar que el trabajo conjunto de la aviación agrícola con bomberos y helicópteros da un resultado excelente".
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Nota: Hay elementos que aportan varios elementos interesantes respecto a la industria de la aplicación aérea. Sin embargo, hay otros que no se mencionan, como la falta de profesionalismo en el manejo empresarial de algunas de las empresas.
Así mismo la difusión de los múltiples beneficios que tiene las aviacion agrícola, es muy escasa y esporádica. Con una mejora en la difusión y los vínculos entre los prestadores del servicio y los productores, podría lograr una significativa mejoría de la situación descrita en el artículo.