sábado, 21 de mayo de 2011

Los cultivos de inviernos... con fuerte crecimiento en área cultivada

Un comienzo auspicioso para los cultivos de invierno

Aumentará el área de trigo, cebada y canola; a pesar de que el aumento de los costos será un factor de preocupación los precios compensan y el clima permite un buen comienzo de la zafra

Un año atrás empezaba una campaña de cultivos de invierno llena de dudas. Los precios del trigo iban en baja, el interés por la cebada era el menor de los últimos tiempos y la canola no entraba en el menú de opciones de la gran mayoría de los agricultores.

Seis meses después vino una siembra de cultivos de verano signada por las restricciones que impone una Niña, pocas lluvias que son una amenaza permanente de bajos rendimientos.

En este otoño, excepto por un dólar que baja persistentemente, las condiciones son visiblemente mejores. Las lluvias han dejado todo pronto productivamente para que la siembra comience en la fecha óptima. Los fríos complementan a la humedad para que la siembra empiece sin el riesgo de un veranillo tempranero. Por otra parte, la persistencia de una Niña débil lleva a suponer que el riesgo de excesos de lluvia, el mal más temido para los cultivos invernales, tenga una probabilidad relativamente baja.

Pero lo más importante está en los mercados, que abren posibilidades excelentes a las tres cartas que se juegan en la agricultura en esta época. Trigo, cebada y canola tienen todo para ganar, en un mundo que seguirá preocupado por el desabastecimiento al menos por un año más.

El papel protagónico como es usual lo tendrá el trigo, que tendrá un área aproximada de 650 mil hectáreas. El panorama de los mercados mundiales de trigo es radicalmente diferente al que había un año atrás. Un año atrás la abundancia de trigo era una amenaza. Ahora la amenaza es la de la escasez. El mundo está a una sola crisis del desastre alimentario que ha advertido el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick. Y esa crisis parece cernirse sobre varias zonas trigueras clave a nivel mundial.

Lo principal es lo que está sucediendo en EEUU. Allí está más que amenazada la zafra triguera. La sequía en el sur determina que las pérdidas sean inevitables. Y en el norte, la siembra del trigo de primavera se demora por el exceso de lluvias. Lo mismo sucede con el trigo canadiense. También está amenazado por sequía el trigo en partes de Europa y en China. En consecuencia, el balance de abastecimiento del cereal clave para la alimentación de millones de personas -especialmente en el mundo árabe- está nuevamente en peligro. Rusia y Ucrania no están para ofrecer trigo en el mercado internacional. La dependencia de lo que suceda con la zafra del resto del hemisferio norte es crucial para el abastecimiento mundial. La trascendencia de lo que suceda con las cosechas trasciende largamente los límites del agro para incorporar una trascendencia geopolítica ya que los países importadores de trigo en Medio Oriente están envueltos en una grave crisis social y política.

Por ahora, la oferta y la demanda plantean un escenario en 2011 tan grave como la que se atravesó en 2010. La producción tendría un crecimiento similar al de la demanda, las existencias quedarían en el mismo nivel del año pasado.

El International Grain Council por ejemplo, planteó el 20 de abril, en su primera mirada a la zafra 2011/2012, que las reservas de trigo permanecerán incambiadas en 184 millones de toneladas. El mismo nivel de reservas de mediados de este año.

Ese nivel de reservas, podría considerarse relativamente suficiente. Al menos cuando se lo compara con los momentos de mayor escasez en 2007, cuando las reservas se ubicaron por debajo de los 130 millones de toneladas.

Pero el tiempo transcurrido, aunque relativamente breve, hace una diferencia: el consumo de 2011 es 60 millones de toneladas mayor al de 2007. La población humana actual es mayor en 240 millones de personas. Pero hay otros factores que suman a la fragilidad del mercado internacional de trigo. Por un lado, los cultivos están sumamente amenazados y la producción prevista hasta ahora ya se sabe, no será alcanzada. Por otra parte, otro factor capaz de desbalancear el delicado equilibrio del mercado mundial de trigo refiere a la frágil situación del maíz.

Un mercado totalmente desabastecido, en el que ya se sabe que habrá una baja en el nivel global de existencias y que tiene al cultivo en EEUU -por lejos principal productor y exportador- fuertemente amenazada. En particular las reservas de EEUU en maíz son extremadamente bajas, no llegarán a 20 días de consumo al 30 de junio y mientras eso sucede,las lluvias no dejan sembrar en EEUU. Al pasado fin de semana, apenas 9% del área maicera estaba sembrada, cuando en promedio debía estar ya plantado un 26%. En Iowa, el principal estado maicero, va solo 3% del área sembrada, cuando ya 28% debería estar plantado. Si las lluvias siguen trabando el desarrollo de la siembra de maíz, muchos millones de toneladas de trigo y cebada serán derivados a la alimentación animal. De hecho, ya se espera que en pocas semanas más en EEUU sea más caro el maíz que el trigo, lo que no sucedió nunca en los últimos 25 años.

Dicho de otro modo, si no llueve urgentemente en el sur de EEUU y no para de llover rápidamente en el norte, los precios para el trigo están asegurados.

Con un clima apenas normal, facturar US$ 1.000 por hectárea será algo accesible y aun cuando los costos son muy altos el margen debería permitir que el crecimiento agrícola se sostenga. Actualmente se ofrecen US$ 260 por tonelada, lo que permite garantizar un buen precio, pero también aceptar una referencia que está muy por debajo de los precios internacionales. Está por debajo del precio de la posición diciembre de Chicago en US$ 100 y todavía más lejos de los precios de Kansas, que se ubican en US$ 390 para la época de cosecha del grano uruguayo.

Ese diferencial se expresa en los contratos que ofrecen las empresas malteras, que ya permiten cerrar una parte de la cosecha al 87% del precio del trigo de Chicago, lo que permitió esta semana cerrar a US$ 300.

También es auspicioso el panorama de la canola, ya que la lógica de los aceites es a una creciente escasez. El consumo mundial se ha multiplicado por nueve en los últimos 40 años. Las reservas mundiales van en franco descenso y la oleaginosa de invierno viene ganándole la competencia al trigo y la cebada en varios lugares del mundo, entre ellos el país que le da el nombre a la oleaginosa de Canadá. En ese país van cinco años consecutivos de aumento en el área, que este año crecerá 15%. Pero un abril muy seco causó daños al trigo, cebada y canola europeos y en particular la oleaginosa no se recuperará en Europa.

La revista Oil World advirtió esta semana que "el inusualmente alto premio que el precio del aceite de canola tiene sobre los demás debe mantenerse todo este año dadas las pobres cosechas de la oleaginosa que se esperan en Europa".

Los costos suben, pero por ahora, para los cultivos de invierno, los precios compensan.